Hasta la Independencia
Nace en Caracas el 28.3.1750
Muere en España el 14.7.1816
Muere en España el 14.7.1816
¿Quién es este ilustre venezolano del que dijo Napoleón: ". .. Este Quijote, que no está loco, tiene fuego sagrado en el alma..." Y al que el mismo Bolívar calificó como: "... el más ilustre colombiano..."¡Quién es este personaje cuyo nombre está grabado en el Arco del Triunfo; su retrato colocado en la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles y su estatua erigida frente a la del General Kellerman en el propio campo de Valmy, en Francia? ¿ Quién es en definitiva este hombre, que a lo largo de su vida estableció estrechas relaciones con personajes de la talla de Bolívar, Napoleón, Andrés Bello, William Pitt, O' Higgins, Sucre, Catalina de Rusia, Wellington, Dantón y San Martín, entre otros?
Sus años en Venezuela: El rechazo
Francisco de Miranda nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza. A los doce años inicia estudios en la "Clase de Menores" de la Universidad de Caracas. Durante dos años estudia latín, la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda. Desde 1764 a 1766 cursó la "Clase de Mayores", profundizando sus conocimientos del latín a través del estudio de los clásicos de Virgilio y Cicerón. Asimismo, el curso requería nociones de historia, religión, aritmética y geografía. Finalmente cursa "Artes", completando su educación con estudios de lógica, física y metafísica, obteniendo el título de Bachiller en 1767.
El nombramiento de su padre como Capitán de una Compañía de "blancos isleños" en 1764, produjo un fuerte rechazo de la sociedad "mantuana", expresión del conflicto que enfrentaba a los"blancos españoles y a los "blancos criollos", preámbulo de la lucha de Independencia Hispanoamericana. Ante tal circunstancia, decide marcharse en 1770 a España para servir al Rey.
25 de enero de 1771: Comienzo de una etapa trascendental en su vida
El 25 de enero de 1771, sin haber cumplido todavía los 21 años se embarca para España, con el propósito de servir en el ejército real, dando con esto inicio a un largo periplo que lo llevará a combatir en tres continentes: África, Europa y América; y, a participar en tres de los eventos más importantes de la historia universal contemporánea: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Revolución de Independencia Hispanoamericana.
En 1772, con la obtención del Rey (Carlos III) de un puesto como oficial en el ejército español, dará inicio a una rápida y ascendente carrera militar que comienza como Capitán del Regimiento de Infantería de la Princesa. El año siguiente está de guarnición en las posesiones españolas del Norte de África y participa luego en la defensa de Melilla (1774-1775) contra las fuerzas del Sultán de Marruecos y en la expedición contra Argel (1775). Nombrado capitán del Regimiento de Aragón y Edecán del general Juan Manuel Cajigal, en 1781 acompaña a éste con las tropas españolas que refuerzan el sitio puesto a la plaza de Pensacola, ocupada por los ingleses en la Florida Occidental. Su conducta en la toma y capitulación de esta plaza en mayo de 1781, le valen ser ascendido a teniente coronel. Es en Pensacola, contexto de la independencia norteamericana, donde Francisco de Miranda concibe por primera vez la idea de una gran patria libre para Hispanoamérica, a la que llamaría poco después Colombia o Colombeia. En abril de 1782 participa en la expedición naval española que sale de Cuba para conquistar las islas británicas de las Bahamas. Como Edecán del general Cajigal negocia la capitulación de esas islas el 8 de mayo. De ahí se traslada a Cabo Francés (Haití), donde tendrá que enfrentar por primera vez, las denuncias e intrigas, que siempre rodearon su vida. Se le acusaba que en junio de 1781 había permitido la visita del general inglés Campbell a las fortificaciones de La Habana, por lo que es arrestado, y liberado gracias a su amigo Cajigal. De regreso a La Habana tiene que esconderse para no ser sometido a prisión, embarcándose hacia Estados Unidos (1.6.1783.) donde pasará 18 meses. Allí estudia el proceso norteamericano, frecuentando a prominentes ciudadanos como Jorge Washington, Alexander Hamilton, Thomas Paine y Gilbert M. de La Fayette; esbozando su primer proyecto de Independencia para todo el continente Hispanoamericano. En diciembre de 1784 se embarca a Inglaterra, siempre con el propósito de conseguir ayuda para sus proyectos independentistas. Sin embargo, el momento no es el más propicio y Miranda se dedicará a perfeccionar su cultura, que llegará a ser imponente. Miranda llegó a dominar 6 idiomas, y traducir del latín y griego. Con el tiempo construyó en su casa de Londres, una biblioteca conformada por más de 6.000 volúmenes, muchos de ellos representativos de la cultura del Siglo de las Luces (Diderot, Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Locke, Hume).
Durante 4 años (1785-1789), emprende un largo viaje a través de Europa. Visita parte de Holanda, Prusia, casi toda Italia, Alemania, Francia, Suiza, Bélgica y Grecia. Pasa al Asia Menor y al Imperio Turco (Constantinopla). En Kiev, el 14 de febrero de 1787, es presentado a Catalina de Rusia que hace de él uno de sus predilectos y le autoriza a utilizar el uniforme del ejército ruso. En este período el gobierno de Madrid hace vigilar a Miranda, preparando su extradición. Para escapar a las persecuciones de la corona española, usa el nombre de Monseiur Meyrat. El 18 de junio de 1789 regresa a Inglaterra donde reanuda conversaciones con el Primer Ministro William Pitt, sobre la proyectada emancipación de Hispanoamérica, presentándole planes y estudios de operaciones militares en América. La indiferencia de Pitt ante sus planes, obligará a Miranda a buscar nuevos horizontes para la realización de su ideal independentista continental.
El 23 de marzo de 1792 llega a París, donde establece estrecha amistad con el alcalde de la ciudad, Jerónimo Petión. El 25 de agosto de 1792 es nombrado Mariscal de Campo del Ejército Revolucionario francés, cargo que acepta Miranda como medio para promover la causa de independencia hispanoamericana. En poco tiempo cosecha grandes éxitos militares. Al mando de una división, obliga a retroceder el 12 de septiembre de 1792, en las batallas de Morthomme y Briquenay, a las fuerzas prusianas; las cuales se retiraran de manera definitiva el día 20 del Campo de Valmy. En octubre se encarga como petición de Carlos Dumuriez de los ejércitos del norte. Acto seguido ocupa Amberes y toma el mando del ejército en Bélgica. Se ve obligado a levantar el sitio de la ciudad de Maastricht (Holanda). La derrota de Neerwinden (Bélgica) le obliga a retirarse. Estos reveses militares serán utilizados por Dumuriez, quien pensaba pasarse al enemigo (los austríacos) para acusarlo de traición ante Dantón y la Convención Francesa El 28 de marzo llega Miranda a París, para comparecer y enfrentar los cargos en su contra. No obstante, los hechos darán un giro inesperado, cuando la rivalidad entre girondinos y jacobinos lo lleven ante el Tribunal Revolucionario, ante el cual hace una magistral defensa que le permite evitar la guillotina y ser liberado el 13 de enero de 1795.
El 15 de enero regresa a Londres, donde reanuda sus gestiones con el primer ministro Pitt y el gabinete británico, así como con las autoridades norteamericanas para lograr la ayuda necesaria para la ejecución de su plan de operaciones en Hispanoamérica. Al no concretarse ni la ayuda británica, ni la norteamericana, emprende Miranda con la ayuda de algunos amigos una expedición a bordo del bergantín Leander (por el nombre de su primer hijo Leandro) el 2 de febrero de 1806 hacia Jacmel (Haití). En el puerto haitiano se unen al Leander las goletas Bee y Bacchus. El 12 de marzo es creada por Miranda la bandera tricolor (amarillo, azul y rojo). Desembarca en La Vela de Coro el 3 de agosto de 1806, toma el fortín e iza la bandera, lo cual hace también en la ciudad de Coro, pero donde no recibe el apoyo de los pobladores, retirándose ante la amenaza realista.
Monumento a la bandera
Vela de Coro
10 de octubre de 1810: La empresa definitiva
El 10 de octubre, luego de conversaciones en su casa de Londres (n° 27 de Grafton Way) con los comisionados de la Junta Suprema de Gobierno de Caracas (formada por Andrés Bello, Simón Bolívar y Luis López Méndez), Miranda decide regresar a Venezuela. El 10 de diciembre del mismo año, después de hacer escala en Curazao, llega a La Guaira. Es nombrado teniente general de los ejércitos de Venezuela el 31 de diciembre de 1810. Impulsa la instalación de la Sociedad Patriótica y en 1811 se incorpora al Congreso Constituyente. Sostiene la necesidad de declarar la Independencia definitiva, lo que se realiza el 5 de julio de 1811, adoptándose como bandera nacional la traída por Miranda en 1806. A raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812, y la derrota de Bolívar a manos de Domingo Monteverde en Puerto Cabello, Miranda comenzará una serie de negociaciones con los realistas, que concluirán con la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812 y la pérdida de la Primera República.
Castillo de San Felipe en Puerto Cabello, donde estuvo preso Miranda
El fracaso del primer intento de independencia de España por parte de Venezuela, y el creciente rechazo hacia su persona, hacen renunciar a Miranda a su cargo de General en Jefe de Tierra y Mar de la Confederación de Venezuela. Durante la noche del 30 al 31 de julio, cuando se preparaba a embarcarse en La Guaira rumbo a Curazao, un grupo de militares y civiles (entre los que se encontraba Bolívar) lo arresta, acusándolo de traición. Poco después de su arresto, las fuerzas realistas entran a La Guaira y se apoderan de él. El 4 de junio es trasladado a la fortaleza de El Morro en Puerto Rico, y a fines de 1813 llevado a España. A principios de enero de 1814 está encarcelado en un calabozo del Fuerte de las Cuatro Torres, en el arsenal de La Carraca, donde morirá en la madrugada del 14 de Julio de 1816. Dando fin a la vida del primer venezolano universal, el precursor de la Independencia Hispanoamericana y el "criollo más culto de su tiempo".
Miranda en La Carraca
Arturo Michelena
Referencia Bibliográfica
BRICEÑO IRAGORRY, Mario. Don Francisco de Miranda, maestro de Libertadores. Trujillo, Ejecutivo del Estado, 1950;
BRITO FIGUEROA, Federico. Miranda, pasión de la libertad americana. Caracas, Universidad Santa María, 1981;
COVA, Jesús Antonio. Francisco de Miranda, el precursor de precursores. Caracas, Imprenta Nacional, 1950;
PARRA PÉREZ, Carracciolo. Historia de la Primera República de Venezuela.Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1992;
POLANCO ALCÁNTARA, Tomás. Francisco de Miranda: ¿Don Juan o Quijote?. Caracas, Ediciones G.E, 1996;
SALCEDO BASTARDO, José Luis. Crisol de americanismo: la casa de Miranda en Londres.Caracas, Lagoven, 1980;
USLAR PIETRI, Arturo y Pedro Grases. Los Libros de Miranda.Caracas, La Casa de Bello, 1979;
USLAR PIETRI, Juan. Miranda y la sonrisa de la guillotina. Caracas, Editorial Ateneo de Caracas, 1979.
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En 10 preguntas el profesor historiador Néstor Rivero traza un bosquejo del itinerario del pensador y guerrero que dio los primeros pasos para liberar a Nuestra América del dominio español
La Caracas en la que nació Sebastián Francisco de Miranda estaba dividida en estamentos sociales muy rígidos, en los que se agrupaban las personas según su raza y su posición económica. Según esa división, Miranda formaba parte de los llamados “blancos de orilla”, que eran descendientes de europeos por ambas ramas, paterna y materna, pero carecían de las posesiones y los títulos que en ese contexto hacían falta para ocupar posiciones de poder en la sociedad.
Al igual que todos los asentamientos urbanos y rurales de la Colonia, Caracas estaba sometida a los prejuicios y mitos sociales que imperaban en España, un país que prácticamente seguía en la Edad Media. Los grupos dominantes presumían de formar una parte de una casta de nobles, con condes y marqueses. Por eso, al padre del futuro Generalísimo, Sebastián de Miranda Ravelo, le impidieron desempeñarse como capitán de las milicias de blancos. Aunque era blanco, como era como profesión comerciante, un oficio que aquellos mantuanos consideraban despreciable.
El Miranda del segundo momento, más libre y maduro, también chocó, sin embargo, con las prohibiciones. La jerarquía clerical de España llegó a señalarlo y a considerarlo peligroso. Debido a su ferviente deseo de aprender y hurgar en los secretos del universo, de la sociedad y de la historia, se sentía contrariado por las restricciones del Index, un listado de libros prohibidos que continuamente actualizaba el Santo Oficio de la Inquisición. Muchos de esas obras él las adquiría y consultaba en secreto, especialmente los textos de los filósofos enciclopedistas -un grupo con ideas políticas republicanas y radicado principalmente en Francia- que tanto disgusto producían en la jerarquía eclesiástica de la época. Allí comenzaron las fricciones entre el poder establecido y el futuro Precursor.
Un segundo ciclo se inició con su envío a La Habana, como parte de la expedición que comanda Juan Manuel Cagigal, quien lo ocupará como su Edecán y lo distinguirá con su amistad a lo largo de su vida. Miranda participó en acciones que contribuyeron a la liberación de Pensacola y Las Bahamas, en el marco de la guerra de Independencia que para entonces sostenían los Estados Unidos frente a Inglaterra. Las grandes personalidades estadounidenses, con George Washington y Thomas Jefferson a la cabeza siempre reconocieron la valiente actuación del venezolano.
Desde la perspectiva de nuestros días, sorprende cómo un individuo arriesga su tranquilidad y el porvenir que pudo cultivar como militar competente dentro de la burocracia militar de la Metrópoli, o en las colonias, para emprender un periplo que lo culminaría en la aplicación provechosa de tales conocimientos en la construcción de un orden social republicano en la América de habla hispana, pero que lo conduciría también a la prisión hasta la muerte.
En vista de sus credenciales y de su enfrentamiento con el absolutismo español, le fueron asignadas altas responsabilidades militares que cumplió cabalmente, obteniendo al comienzo logros y victorias que afirmaron su prestigio.
Sin embargo, Miranda, militar de talento y extranjero en Francia, se encontraba en medio de las pugnas, traiciones y dificultades propias de un proceso lleno de complejidades políticas y choques de liderazgos como lo fue la Revolución Francesa. Su jefe inmediato, Charles Dumorietz, planeaba pasarse al campo enemigo, pero Miranda se negó a acompañarlo. En respuesta, el general traidor lo denunció y logró que lo imputaran por algunas derrotas, tratando de hacer ver que había actuado negligentemente. Esto ocurrió en medio de la terrible puja entre jacobinos y girondinos, en la cual los primeros salieron airosos con Robespierre en primera fila y condenaron a muerte a los líderes de la Gironda. Por tanto, Miranda comienzó a ser “mal visto” por su amistad con los recién caídos.
Finalmente, el caraqueño, tras una brillante defensa en tribunales y pasar cerca de dos años en prisiones parisinas, quedó libre, pero debió abandonar Francia para resguardar su proyecto de emancipación de la América hispana.
Su regreso tenía como objetivo radicalizar el proceso de Independencia frente a España, puesto que su figura, dado el prestigio alcanzado por sus hazañas militares y sus relaciones personales en distintas regiones del mundo, lo convertían en centro de atracción y convocatoria.
Del mismo modo, Miranda ejerce una influencia fundamental para la formación del ideario político de República que habrá de cristalizar en hombres como Bolívar, Sucre, San Martín, O’ Higgins, Nariño y otros, para quienes la patria traspasa los linderos del terruño y se visualiza como una ancha franja continentalista que abarca desde las posesiones españolas del Missisippi, hasta el extremo sur de la Patagonia. La visión de la “Gran Colombia” del Libertador es herencia directamente mirandina.
*) Miranda fue nombrado General en Jefe del ejército a raíz del terremoto de julio de 1812. Fue muy breve el lapso en el que tuvo que organizar y entrenar una fuerza armada que hasta ese momento carecía de experiencia militar significativa, puesto que de las guerras adelantadas por España en el período colonial, ninguna involucró ni el territorio ni el ejército venezolano, salvo pocas acciones en las costas
*) La oficialidad con la cual contaba Miranda tenía un comportamiento displicente, poco fiable a la hora de trabar batalla y aplicar tácticas en el marco de una teoría militar
*) Miranda observó en la población venezolana serias fracturas. La población esclava y los pardos eran renuentes a brindar su apoyo a los mantuanos, quienes lucían a los ojos del pueblo como los únicos beneficiarios de la independencia y se negaban a conceder reformas sociales. Ello explica las cavilaciones que envolvieron a Miranda a la hora de tomar la terrible decisión de acordar una Capitulación con los realistas. Con esta buscaba evitar que se desencadenara una guerra civil. Obviamente, Miranda creyó en la buena fe de Monteverde, que a casi todas las peticiones de la representación patriota decía que “sí”. Miranda jamás pensó que su adversario actuaría con felonía tras tomar control del país. Su tragedia es la de un hombre ingenuo, no la del traidor, como lo creyeron los exaltados jóvenes patriotas de entonces.
Allí tuvo un encierro que inicialmente fue de aislamiento, pero que al tiempo se suavizó un poco. Sostuvo comunicación personal con pocas personas, y enviaba correspondencia de modo subrepticio a algunos fieles amigos. En la prisión se le permitió contar con un criado, Pedro José Morán, quien recogió episodios de esa última etapa del Precursor. Se conoce que Miranda, aun con 66 años de edad, conservaba un estado de salud aceptable, y que siempre tuvo proyectos para escapar hacia Gibraltar, posesión inglesa de la Península Ibérica. Sin embargo, un ataque de apoplejía le arrebató la vida el 14 de julio de 1814. Seguramente, de haber escapado, Miranda hubiese retornado a su patria, a brindar su esfuerzo en la Guerra de Independencia que ya, para 1816, anunciaba nuevos tiempos en la confirmación del ideario de República que él había contribuido decisivamente a sembrar en estas tierras.
T/Néstor Rivero
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Hoy se cumplen 261 años de su nacimiento
A Francisco de Miranda siempre lo guió la voluntad de luchar por la libertad
28 marzo 2011 |
En 10 preguntas el profesor historiador Néstor Rivero traza un bosquejo del itinerario del pensador y guerrero que dio los primeros pasos para liberar a Nuestra América del dominio español
1. ¿Cuál es el origen social del Precursor de la Independecia?
La Caracas en la que nació Sebastián Francisco de Miranda estaba dividida en estamentos sociales muy rígidos, en los que se agrupaban las personas según su raza y su posición económica. Según esa división, Miranda formaba parte de los llamados “blancos de orilla”, que eran descendientes de europeos por ambas ramas, paterna y materna, pero carecían de las posesiones y los títulos que en ese contexto hacían falta para ocupar posiciones de poder en la sociedad.
Al igual que todos los asentamientos urbanos y rurales de la Colonia, Caracas estaba sometida a los prejuicios y mitos sociales que imperaban en España, un país que prácticamente seguía en la Edad Media. Los grupos dominantes presumían de formar una parte de una casta de nobles, con condes y marqueses. Por eso, al padre del futuro Generalísimo, Sebastián de Miranda Ravelo, le impidieron desempeñarse como capitán de las milicias de blancos. Aunque era blanco, como era como profesión comerciante, un oficio que aquellos mantuanos consideraban despreciable.
2. ¿HASTA QUÉ PUNTO SU CONDICIÓN SOCIAL LE IMPEDÍA HACER CARRERA EN VENEZUELA?
La querella entablada por los mantuanos contra su padre para negarle el rango que reclamaba debió impactar al joven Sebastián Francisco, quien también tenía deseos de ser militar. Es comprensible que, en vista de la animadversión que los mantuanos expresaban hacia las que ellos consideraban “clases inferiores”, resolviera irse a la Metrópoli. Paradójicamente, en la propia España los impedimentos y los prejuicios tenían menos peso que en las colonias a la hora de hacer carrera en las armas, aunque era impensable admitir a un negro, un mulato o indio. Además, a la hora de otorgar rangos militares, el Monarca exigía fundamentalmente fidelidad a la Corona. La llamada “limpieza de sangre” era requisito de las corporaciones y gremios civiles de la Colonia.3. ¿QUÉ ESPERABA LOGRAR EN ESPAÑA?
Hay que distinguir dos momentos entre el Miranda que parte de Caracas en 1771 y el Miranda que comienza a configurar un pensamiento emancipador. El Miranda del primer momento pretende escapar de la mediocridad que imperaba en la Caracas colonial, que ofrecía un horizonte de superación muy limitado para quienes no pertenecían a la alta clase de los terratenientes y los nobles. Seguramente, en ese entonces ya estaba vivo en él uno de los dos rasgos fundamentales de su memorable existencia: la vocación de conocer y de estudiar, una anhelo que se estrellaba contra los prejuicios y prohibiciones de aquella sociedad.El Miranda del segundo momento, más libre y maduro, también chocó, sin embargo, con las prohibiciones. La jerarquía clerical de España llegó a señalarlo y a considerarlo peligroso. Debido a su ferviente deseo de aprender y hurgar en los secretos del universo, de la sociedad y de la historia, se sentía contrariado por las restricciones del Index, un listado de libros prohibidos que continuamente actualizaba el Santo Oficio de la Inquisición. Muchos de esas obras él las adquiría y consultaba en secreto, especialmente los textos de los filósofos enciclopedistas -un grupo con ideas políticas republicanas y radicado principalmente en Francia- que tanto disgusto producían en la jerarquía eclesiástica de la época. Allí comenzaron las fricciones entre el poder establecido y el futuro Precursor.
4. ¿CÓMO FUE SU CARRERA MILITAR EN LA METRÓPOLI?
Miranda, sin mayor experiencia militar, ni de campo ni académica hasta entonces, adquirió el grado de Capitán por una de las vías que se estilaba en aquellos días: pagó un monto a las arcas reales y el Monarca le confirió el rango al que aspiraba en 1772. Este primer ciclo de su carrera lo inició como oficial del Regimiento de Infantería de la Princesa. Posteriormente, entre 1774 y1775, se sumó a las fuerzas que defendieron la plaza de Melilla, posesión española en norte de África. Allí participó en acciones de guerra contra destacamentos del Rey de Marruecos.Un segundo ciclo se inició con su envío a La Habana, como parte de la expedición que comanda Juan Manuel Cagigal, quien lo ocupará como su Edecán y lo distinguirá con su amistad a lo largo de su vida. Miranda participó en acciones que contribuyeron a la liberación de Pensacola y Las Bahamas, en el marco de la guerra de Independencia que para entonces sostenían los Estados Unidos frente a Inglaterra. Las grandes personalidades estadounidenses, con George Washington y Thomas Jefferson a la cabeza siempre reconocieron la valiente actuación del venezolano.
5. ¿QUÉ BUSCABA Y QUÉ APRENDIÓ EN SUS VIAJES?
La búsqueda de Francisco de Miranda es la del hombre que se apasiona por la sabiduría, por la obtención de respuestas ante los enigmas de la naturaleza y de la vida social. Él mismo despejó la incógnita cuando, en 1784, tras decidir escapar de las colonias españolas y viajar de La Habana a Estados Unidos, escribió en su Diario que deseaba dedicar la nueva etapa de su existencia a examinar de modo personal “ …el gran libro del universo, las sociedades más sabias y virtuosas que lo componen, sus leyes, gobiernos, agricultura, policía, comercio, arte militar, navegación, ciencias, artes, etc, es lo que únicamente puede sazonar el fruto y completar en algún modo la obra magna de formar un hombre sólido”.Desde la perspectiva de nuestros días, sorprende cómo un individuo arriesga su tranquilidad y el porvenir que pudo cultivar como militar competente dentro de la burocracia militar de la Metrópoli, o en las colonias, para emprender un periplo que lo culminaría en la aplicación provechosa de tales conocimientos en la construcción de un orden social republicano en la América de habla hispana, pero que lo conduciría también a la prisión hasta la muerte.
6. ¿Cuál fue su relación con la Revolución Francesa?
Miranda se acercó a la Revolución Francesa en 1792, impactado por la sacudida espiritual que esta produjo en todas las mentes inquietas de su tiempo. Su acercamiento fue el de una persona de ideas políticas muy definidas contra las monarquías y el oscurantismo religioso, pero bastante moderadas desde el punto de vista social. De hecho, las personalidades con las que se ligó en París fueron los girondinos Jerome Petion, Juan Brissot, Armando Gensonné y Victor Massenet y José Servan -Ministro de Guerra este último- que eran el ala menos radical de la Revolución.En vista de sus credenciales y de su enfrentamiento con el absolutismo español, le fueron asignadas altas responsabilidades militares que cumplió cabalmente, obteniendo al comienzo logros y victorias que afirmaron su prestigio.
Sin embargo, Miranda, militar de talento y extranjero en Francia, se encontraba en medio de las pugnas, traiciones y dificultades propias de un proceso lleno de complejidades políticas y choques de liderazgos como lo fue la Revolución Francesa. Su jefe inmediato, Charles Dumorietz, planeaba pasarse al campo enemigo, pero Miranda se negó a acompañarlo. En respuesta, el general traidor lo denunció y logró que lo imputaran por algunas derrotas, tratando de hacer ver que había actuado negligentemente. Esto ocurrió en medio de la terrible puja entre jacobinos y girondinos, en la cual los primeros salieron airosos con Robespierre en primera fila y condenaron a muerte a los líderes de la Gironda. Por tanto, Miranda comienzó a ser “mal visto” por su amistad con los recién caídos.
Finalmente, el caraqueño, tras una brillante defensa en tribunales y pasar cerca de dos años en prisiones parisinas, quedó libre, pero debió abandonar Francia para resguardar su proyecto de emancipación de la América hispana.
7. ¿CUÁNDO Y POR QUÉ REGRESA A VENEZUELA?
A raíz de los sucesos del 19 de Abril de 1810, la Junta Suprema de Caracas designó una delegación diplomática que viajó a Londres, para obtener el apoyo de Inglaterra para el proceso emancipador venezolano. La delegación la encabezó el joven Simón Bolívar, quien inmediatamente entabló estrecha amistad con Miranda. Éste a su vez, gracias a sus contactos, les facilitó entrevistas con las autoridades británicas. Si bien las conversaciones entre los diplomáticos venezolanos y el gobierno inglés no dieron los resultados satisfactorios que se esperaba, la estadía de Bolívar en Londres sirvió para la articulación de los planes independentistas entre el futuro Libertador y el ya consagrado personaje público que era Francisco de Miranda, y quien decidió volver a su patria. Miranda arribó a La Guaira el 19 de diciembre de 181. Esa misma noche, al llegar a Caracas se hospedó en la casa de Simón Bolívar, y luego consiguió residencia propia.Su regreso tenía como objetivo radicalizar el proceso de Independencia frente a España, puesto que su figura, dado el prestigio alcanzado por sus hazañas militares y sus relaciones personales en distintas regiones del mundo, lo convertían en centro de atracción y convocatoria.
8. ¿CUÁL FUE SU APORTE A LA CAUSA DE LA REPÚBLICA?
Su aporte debe ser valorado en varios aspectos. En primer lugar, se trata de un proceso de independencia nacional que, si bien es revolucionario, no envuelve una transformación social radical dentro del orden de castas existentes en la Venezuela de 1810. Miranda es la conciencia plena de ruptura de los nexos coloniales con la Península y su modelo de hegemonía sobre la América del Sur y el Caribe.Del mismo modo, Miranda ejerce una influencia fundamental para la formación del ideario político de República que habrá de cristalizar en hombres como Bolívar, Sucre, San Martín, O’ Higgins, Nariño y otros, para quienes la patria traspasa los linderos del terruño y se visualiza como una ancha franja continentalista que abarca desde las posesiones españolas del Missisippi, hasta el extremo sur de la Patagonia. La visión de la “Gran Colombia” del Libertador es herencia directamente mirandina.
9. ¿POR QUÉ CAPITULÓ ANTE MONTEVERDE?
Las circunstancias que explican la Capitulación de Miranda ante Monteverde son las siguientes:*) Miranda fue nombrado General en Jefe del ejército a raíz del terremoto de julio de 1812. Fue muy breve el lapso en el que tuvo que organizar y entrenar una fuerza armada que hasta ese momento carecía de experiencia militar significativa, puesto que de las guerras adelantadas por España en el período colonial, ninguna involucró ni el territorio ni el ejército venezolano, salvo pocas acciones en las costas
*) La oficialidad con la cual contaba Miranda tenía un comportamiento displicente, poco fiable a la hora de trabar batalla y aplicar tácticas en el marco de una teoría militar
*) Miranda observó en la población venezolana serias fracturas. La población esclava y los pardos eran renuentes a brindar su apoyo a los mantuanos, quienes lucían a los ojos del pueblo como los únicos beneficiarios de la independencia y se negaban a conceder reformas sociales. Ello explica las cavilaciones que envolvieron a Miranda a la hora de tomar la terrible decisión de acordar una Capitulación con los realistas. Con esta buscaba evitar que se desencadenara una guerra civil. Obviamente, Miranda creyó en la buena fe de Monteverde, que a casi todas las peticiones de la representación patriota decía que “sí”. Miranda jamás pensó que su adversario actuaría con felonía tras tomar control del país. Su tragedia es la de un hombre ingenuo, no la del traidor, como lo creyeron los exaltados jóvenes patriotas de entonces.
10. ¿SE SABE CÓMO FUE SU VIDA EN LA CARRACA?
Los biógrafos apuntan que a Miranda aun prisionero se le temía, en razón de su celebridad como revolucionario y librepensador. Por eso, las autoridades reales dispusieron que de las bóvedas de La Guaira fuese remitido a la prisión de Puerto Rico y, finalmente, llevado España, donde lo recluyeron en la cárcel de La Carraca, en Cádiz.Allí tuvo un encierro que inicialmente fue de aislamiento, pero que al tiempo se suavizó un poco. Sostuvo comunicación personal con pocas personas, y enviaba correspondencia de modo subrepticio a algunos fieles amigos. En la prisión se le permitió contar con un criado, Pedro José Morán, quien recogió episodios de esa última etapa del Precursor. Se conoce que Miranda, aun con 66 años de edad, conservaba un estado de salud aceptable, y que siempre tuvo proyectos para escapar hacia Gibraltar, posesión inglesa de la Península Ibérica. Sin embargo, un ataque de apoplejía le arrebató la vida el 14 de julio de 1814. Seguramente, de haber escapado, Miranda hubiese retornado a su patria, a brindar su esfuerzo en la Guerra de Independencia que ya, para 1816, anunciaba nuevos tiempos en la confirmación del ideario de República que él había contribuido decisivamente a sembrar en estas tierras.
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