jueves, 25 de noviembre de 2010

El conflicto de las dos Coreas y su trasfondo ideológico

24.11.2010 19:00
Opiniones
Tensión en el Mar Amarillo
El conflicto de las dos Coreas y su trasfondo ideológiUn nuevo incidente en la frontera entre las dos naciones generó una nueva escalada de las tensiones y diversas reacciones internacionales. Por Claudio Deimundo.

Neuquén – El ataque de las fuerzas del Ejército Popular de Corea (KPA por sus siglas en inglés) a la base militar de Corea del Sur en la isla de Yonphyong reavivó las cenizas de un conflicto que permanece durmiente desde 1953, y que por momentos resurge amenazando al mundo con un nuevo conflicto a gran escala.

El antecedente reciente del hundimiento de una fragata surcoreana, aparentemente por un torpedo norcoreano, reavivó las llamas en marzo de 2010, elevando las tensiones al máximo.

Si bien la falta de evidencias de Corea del Sur no justificó un ataque a su vecino del norte, Seúl condenó el ataque y señaló descaradamente a la marina del KPA como responsable del ataque, por el cual murieron 46 marinos surcoreanos.

Desde entonces, las aguas del popular Mar Amarillo quedaron calmas, a excepción de algunos ejercicios militares de ambas partes, y que sólo suscitaron algo de preocupación por parte de los analistas internacionales cuando las maniobras las realizó el KPA.

Este mes, el Ejército de Corea del Sur anunció un imponente despliegue militar a través de un ejercicio conjunto con sus aliados (Estados Unidos, Japón, entre otros) en el Mar Amarillo.

Como es de esperarse, el gobierno norcoreano con sede en Pyongyang realizó advertencias justificadas sobre el espacio soberano de Corea del Norte, y sobre la “preocupante tensión” que genera la "presencia de la flota norteamericana" en proximidades de su nación.

El constante ida y vuelta de la situación en Corea sumó ayer un nuevo revés cuando, según señalaron desde el Comando Supremo del KPA, fuerzas de Corea del Sur “perpetraron un acto de provocación tal como disparar una docena de proyectiles a aguas territoriales de la República Democrática de Corea del Norte (DRPK por sus siglas en inglés), cerca de la isla de Yonphyong en el oeste del Mar Amarillo, a las 13:00 (01:00 en Neuquén) del 23 de Noviembre”.

El comunicado defiende las acciones del KPA afirmando que sus fuerzas “mantienen guardia sobre las inviolables aguas territoriales del país” y que tomaron “acciones militares como represalia a la provocación militar del grupo marioneta (señalando una supuesta dependencia del ejército surcoreano a EE.UU.), con un poderoso ataque físico”.

Finalmente, Pyongyang aprovechó este comunicado para advertir que en el caso de que el grupo de tareas de Corea del Sur “se atreva a violar las aguas territoriales de la DPRK aunque sea por 0,001mm., las fuerzas armadas revolucionarias de la DPRK no dudarán en continuar con los ataques despiadados contra esas fuerzas”.

Por el lado de Corea del Sur, el presidente de la nación, el recién ascendido al poder Lee Myung-bak, afirmó que se hará todo lo posible para evitar una escalada bélica “tras el ataque norcoreano”, aunque advirtió que habrá una “dura represalia por parte de Seúl” si Corea del Norte mantiene su actitud.

Finalmente Myunh-bak agregó que se mantiene a la espera de una investigación del suceso, ya que pidió que se “busque toda la información necesaria para saber qué pasó”.

Ante la supuesta agresión sin provocación norcoreana, rápidamente los aliados de Seúl salieron a manifestar su solidaridad con la nación capitalista del Sur, aunque en ningún momento se manifestaron a favor de investigar los sucesos del 23 de noviembre.

Entrando en terreno legal y militar de la soberanía de un pueblo, resulta incluso justificable el ataque norcoreano si efectivamente otra nación, en este caso Corea del Sur, disparó proyectiles que impactaron en aguas territoriales de la DPRK.

Entonces, ante la condena internacional liderada por Estados Unidos, que ve al gobierno de Corea del Norte a través de los ojos de su presidente Barack Obama, como una “seria amenaza con la que hay que lidiar”, la pregunta que resuena es: ¿Qué pasaría si fuese al revés? ¿Cuál sería la situación ahora si un misil balístico norcoreano cayera en aguas territoriales norteamericanas? ¿No sería visto acaso como una provocación militar a la soberanía de los Estados Unidos?

Son interrogantes difíciles de contestar, especialmente cuando Estados Unidos parece querer justificar a toda máquina una respuesta militar a Corea del Norte.

Queda claro, a través de los constantes ejercicios militares conjuntos entre el ejército de Corea del Sur y Estados Unidos, la falta de compromiso de la potencia mundial hacia la estabilidad en la región. Por si fuera poco, el portaviones estadounidense “USS General Washington” partió de su base en Japón para establecerse en el Mar Amarillo.

Nuevamente los Estados Unidos llevan al mundo a las gradas de una nueva guerra. Afganistán, Irak, Kosovo en su momento y por poco Venezuela, experimentaron las políticas seudo democráticas de los Estados Unidos. ¿Acaso el término democracia no apunta a la autodeterminación de los pueblos?, parece que la autodeterminación “for export” de la potencia mundial está llena de defectos.

¿Cómo podría una nación que está involucrada en cada uno de los conflictos modernos ser un ejemplo de paz y democracia? En lo personal creo que Estados Unidos demostró muy poco como para considerarlo un ejemplo, tanto en su política exterior como puertas adentro.

Sobrados ejemplos pueden citarse en esta opinión, pero partiendo desde la base de que los EE.UU. fueron la primera y única nación en el mundo que soltó una bomba atómica contra otra, poco puede esgrimir la "tierra de los libres", como enuncia su himno nacional, en materia nuclear.


En agosto de 1945, alrededor de 120.000 japoneses fueron vaporizados y otros 80.000 fallecieron luego de una larga agonía de envenenamiento por radiación, transformándose en 200.000 testigos silenciosos de las maravillas de la “libertad y democracia" que los norteamericanos dicen defender.

Fue en el mismo año que soltaron las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki que los EE.UU. dividieron en dos arbitrariamente a Corea, provocando la gran guerra. Ahora apoyan movimientos militares que pueden desestabilizar gravemente la región, especialmente ante la asunción del hijo de Kim Jong-il como nuevo presidente de la DPRK.

Entado el nuevo milenio, veedores internacionales anunciaron la posibilidad de que Corea del Norte esté produciendo una bomba atómica en sus fronteras. Con cada tensión este argumento vuelve a aparecer en escena, como sucedió algunas horas después del incidente, como si fuese una desesperada argumentación para invadir a la pequeña nación comunista del Este asiático.

Es conocido el fervor nacionalista de Corea del Norte, por lo que no sería extraño además que Kim Jong Un esté intentando demostrar, ante estas incursiones a aguas territoriales, que está dispuesto a defender su territorio nacional.

Ahora todo depende de lo que resulte de la investigación que realizarán ambas partes, que todavía continúan en estado de guerra, tras la declaración del alto al fuego el 27 de julio de 1953 luego de la Guerra Coreana.

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