Alguien me preguntó, qué significa ser una máxima insignia en los Scouts? De alguna manera me detuve a pensar la respuesta que le daría, ya que normalmente la interrogante es ¿Qué significa ser Scouts?... Si partía desde mi punto podría explicarlo mediante mis experiencias y las vivencias que he tenido durante 21 años. Empecé a formar parte en la Asociación Scouts de Venezuela cuando tenía 4 años de edad, siendo integrante de la unidad de Las Nutrias que hoy en día no existe, donde aprendí a “Compartir, compartir, compartir” (lema de La Nutrias) para lograr a ser “Nutria Gris” (máxima insignia); unidad que pocos tuvimos la oportunidad de vivir y que aún la recuerdo como un recuerdo muy grato de mi inicio en este hermoso movimiento. Luego aprendí que para ser Lobo Saltarín en la unidad de la Manada, la herramienta necesaria es la sonrisa sin ella no se puede aprender jugando, en esa maravillosa etapa donde aún somos ingenuos pero al mismo tiempo curiosos de vivir la vida al aire libre divirtiéndonos y disfrutando el aprendizaje de los Viejos Lobos para hacer “Siempre Lo Mejor”, son muchos los recuerdos que tengo al haber sido Lobezna siempre de la seisena blanca, de tan bella manada en mi grupo Scout “Aventura” (hoy en día no existe). Seguidamente recorrí la grandiosa etapa de la tropa donde el liderazgo, la responsabilidad y la constancia me llevaron a ser guía de patrulla, qué experiencia tan sabia para formarme como muchacha Scout y al mismo tiempo impartir mis conocimientos a chicas que serían mis patrulleras, a quienes hoy en día con algunas conservo gran amistad como Carolina Vázquez, gracias doy a mi primera guía Dácil Vázquez quien me pulió con conocimientos para luego enseñar a las que me seguían que sé que dejé huellas imborrables que aún conservan Yuslevi Perozo, Kerlis Ramírez y Rashell Giraud quienes se encargaron de que la patrulla aún siguiera viva, me siento orgullosa de haberme casi graduado de arquitecto con tantas construcciones que hice y más de una vez en campamentos mis dirigentes me tumbaron para volverlas hacer en la mejor perfección y sin embargo fue lo que más me gustó: el pionerismo, casi fui enfermera de tantas veces que me tocó practicar primeros auxilios, exploradora porqué sé que en una selva nunca me perdería por todo lo que aprendí gracias al grupo Scout Antonio José de Sucre con los que viví esa etapa tan provechosa en la cual no hubiese sido posible mientras iba de la mano con Mariann García, Ariana Medina, Mileidys Nieves, Lerys Blanco, Emily Zambrano, Mayira Devesa, Maulysmar Espinoza, Gregzaí Milano; y lo que nunca olvidaré mi último grito de patrulla que fue tan emotivo por dejar en manos de otras chicas la patrulla que fundé y ganándome una gran etiqueta como lo es mi totemización para siempre Jaguar Ágil. Pero finalmente di el paso para entrar en la rama que para mi es la más importante de éste movimiento: El Clan, donde la disciplina y el orden para hacer un buen trabajo me llevaba a dar los mejores resultados de los servicios que hice, tanto los grandes como los más pequeños pero precisos, simplemente me di cuenta que es muy cierto la frase que dice “El que no vive para servir, no sirve para vivir”, nos sentimos realizados cuando dejamos un sitio mejor que como lo encontramos y en ese río de la vida te encuentras con tantos obstáculos que a veces la canoa se tranca, pero si se evitan los escollos, el horizonte se hace más claro, siempre y cuando se recuerde que el Scout Canta y Sonríe En Sus Dificultades.
Ser realmente máxima insignia no es portar el pedazo de tela que eso simboliza; me tomé el atrevimiento de escribir estas largas líneas ya que no fué hace un mes que decidí ser scout bajo mi promesa, sino hace 17años, por eso ser máxima insignia para mí, se trata más de mirar tus pasos ya pisados y darte cuenta de todo lo que has cosechado, lo que se ha aprendido, se ha vivido y de que gracias a eso puedes enseñarle el camino a los que vienen detrás de ti, pero siempre y cuando se haya cumplido la Ley y la Promesa. En este momento puedo mencionar una de las anécdotas más grata de mi vida Scout, es haber participado en el primer Rover Moot Panamericano, realmente fue gratificante primero lograr reunir la plata que con mucho esfuerzo mis padres ahorraron para que yo pudiera participar, luego de eso el hecho de pasar un año nuevo junto a otros nuevos hermanos scouts fue de muchos sentimientos encontrados porque estaba lejos de mi familia pero al mismo estaba con una gran familia de scouts por la hermandad que nos une, y saben qué fue lo mejor de ese moot? Que entre scouts tenemos un solo idioma en el país que vayas o que te encuentres, en cualquier parte del mundo si consigues a un scout sabes que esa persona habla la misma ley y promesa que tú y la vive diariamente en su vida personal y te hace su hermano con solo tender su mano izquierda y transmitir el saludo que nos identifica. El que no es Scout no se puede imaginar cómo te llena encontrarte y conocer a una persona que comparta tus mismos intereses, lo mismo que te apasiona, de vivir, experimentar y disfrutar del Escultismo.
Quiero tomar este momento para aprovechar de pedir disculpas si alguna vez en este largo caminar ofendí a algún hermano o dirigente scout, que se hayan sentido incomodados por alguna actitud o decisión que tomé, rectificar es de sabios, a los que alguna vez defraudé y no cumplí con sus expectativas, estamos aquí para siempre corregir y continuar. Hoy se acaba una gran etapa significativa para mí, ante todo agradezco a quienes estuvieron conmigo para vivirla y por estar hoy aquí por mí, se cierra una puerta y se abre una aún más grande donde la madurez, responsabilidad y compromiso serán herramientas necesarias para educar a otros e impartir mis conocimientos dando lo mejor de mí, a guiarlos a lograr a ser ciudadanos igual o espero que mejores que yo.
Hoy, sábado 20 de julio del 2013, recibo un Ciudadano que al mismo tiempo siento que no es mío, porque no hubiese sido posible sin la ayuda de mis padres, quienes son dignos de dirigentes ejemplares, sin sus enseñanzas, consejos, guías, regaños, ser estrictos, no estuviese hoy aquí recibiendo éste mérito, que Dios los bendiga y puedan seguir formando ciudadanos del mañana. A mis dirigentes Jesús Díaz, Verónica Silva, Guillermo Marconi, Leonardo Chacón, Edwin Loaiza, Gerson Noguera, Wilmer Vanegas, German Rodríguez, Janet Quintero, y a los que me falten por nombrar sin menospreciar, pero mil gracias, siempre fueron vigilantes de este duro camino y lo más importante siempre creyeron en mí. A la gran familia Libertador, quienes me abrieron sus brazos, aquí conseguí a excelentes amigos que siempre espero conservar, más que mis amigos, mis hermanos: Ana Gabriela, José, Angie Castillo, Manuel Hernández, Foco, Eliott, Carlos, Marcos y Alfonso que nos acompaña desde el cielo. A mis hermanos de sangre Evelyn, Moisés y Juan Pablo que sin duda alguna para mí son los mejores maestros y mis ejemplos a seguir, después de mis padres. A mi novio que siempre ha estado dispuesto a conocer el Escultismo y querer escuchar mis vivencias Scouts sin juzgarme como otros alguna vez lo hicieron en motivo de burla y aceptar que el ser Scout es un estilo de vida para mi, entre él, mis suegros quienes abnegadamente me apoyan igual en todo lo que me propongo. Agradezco a mi tristico Nelson Carrero porque gracias a este movimiento tuve el honor de conocerlo, sí, es un honor, ya que me ha enseñado que querer es poder y que no hay impedimento posible para luchar sino nada más la muerte, que con la alegría que lo caracteriza se pueden siempre vencer fronteras. Agradezco a Dios y a la Virgen (mi Vallita) que siempre me bendicen. Agradezco a todos los amigos que fui conservando en mi vida Scouts, ellos saben quiénes son y que no puedo nombrarlos a todos en estas líneas. A los que desde allá arriba en el cielo me ven orgullosos de mí como lo es mi abuelo Táta y mi cuñado Alejo que sé que está entre nosotros aquí, que a lo mejor sin entender mucho de que trataba ésta entrega, sabría que sin perderse el momento hubiese sido uno de los primeros en haber estado aquí. Y a todos los que en algún momento despedí con la canción del “Breve adiós” que fueron mis hermanos scouts, sé que en el campamento eterno están orgullosos de mi y algún día nos volveremos a encontrar junto al fuego cuando Dios nos quiera reunir de nuevo.
Chicos y chicas Scouts, siempre recuerden que somos la diferencia de la sociedad, que éste movimiento es tan envolvente que realmente cuando lo aceptas como una forma de vida nos damos cuenta en cómo nos cambia el panorama de las cosas, como se hace que todo sea positivo; Si formamos a más personas a ser Scouts obtendremos “Construir un Mundo Mejor” como así lo querían nuestros fundadores. Ser realmente feliz, es haciendo feliz a los demás. Seamos ciudadanos con conciencia, ya que así seremos capaces de hacer crecer un país donde se viva mejor, se elijan buenos líderes y sobretodo que en cada rincón de una nación se conserven Scouts que estén: ¡“SIEMPRE LISTOS PARA SERVIR”!. RS. Miriam R. Sánchez Capriles
S.L.P.S
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