Sexting, una práctica de
riesgo
Jorge Flores
Fernández - Febrero 2011
¿Qué puede llevar a
un adolescente a enviar una imagen de alto contenido sexual de sí mismo a su
pareja o a alguien con quien quiere flirtear usando el teléfono móvil? Esto es
lo que nos preguntamos quienes estamos pendientes de una relación saludable de
los menores con las tecnologías. Esto es ¿qué lleva a los chavales y chavalas
de hoy en día a practicar el sexting en
su forma más común?
Según el Estudio sobre
seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles españoles,
realizado en colaboración por el Observatorio INTECO y Orange y publicado en
2010, en España 8 de cada 10 adolescentes de 15 a 16 años posee su propio
teléfono móvil, con el que la mayoría (más del 88%) hace fotografías, que envía
a otras personas (48,2%) y publica en Internet (20,8%).
Ampliando este enfoque a la franja de
edad de 10 a 16 años, la posesión de un terminal de telefonía móvil se da en 2
de cada 3 menores españoles. La investigación realizada en este Estudio indica
además que el 4% de los chicos de esta franja de edad dice haber utilizado su
teléfono para hacerse a sí mismo fotos o vídeos en una postura provocativa (no
necesariamente desnudos ni eróticas). Y el porcentaje asciende al doble (8,1%)
en el caso de los que declaran haber recibido estos contenidos de chicos o
chicas conocidos.
Por tanto, que este fenómeno existe
es una realidad constatable que, además, no es exclusiva de los menores de
edad. Personas famosas también lo han hecho y se trata de un fenómeno tan
global como la propia Red. ¿Es una moda, es un accidente, es una consecuencia
de los tiempos que vivimos? ¿Por qué lo hacen?
La respuesta no es fácil ya que es
una práctica reciente sobre el que no hay grandes estudios por lo que nos queda
la especulación guiada por la observación. Y especulando… pueden confluir una o
varios de estos factores:
1) Creen que una imagen en un
terminal móvil está segura y no son capaces de proyectar, de imaginar, las
variadas formas en que esa imagen puede salir del dispositivo. Un robo, un
error, una broma, un extravío… o la voluntad de su propietario.
2) Confían plenamente en la
discreción, sino el amor eterno profesado, por parte del destinatario del
envío. Carecen de experiencia vital suficiente que les invite a pensar en que
las cosas, en la vida, cambian por muy diversos factores.
3) Sienten cierta presión de
grupo que les lleva a ganar notoriedad y aceptación en este contexto, el
digital, tan importante para ellos. Este factor, añadido a la plenitud
hormonal, puede generar combinaciones poco recomendables.
4) Las influencias y modelos
sociales distan del recato. La exhibición de relaciones sexuales o desnudos por
personas no profesionales, comunes, abundan en la Red. Si pueden ver a
cualquier persona anónima en su intimidad a través de la Red, no parece tan
grave que uno aparezca de esta guisa. El “desnudeo” es algo común, hasta cierto
punto normalizado.
5) Desconocen las consecuencias
que para su vida puede llegar a tener el hecho de que esa imagen comprometida
sea de dominio público.
6) La natural falta de
percepción del riesgo que acompaña a la adolescencia y el espíritu transgresor
desencadenan ciertos desafíos. En algunos casos resulta simplemente divertido,
en otros, sirve para coquetear o dar otro contenido a una relación.
Sea como fuere, el resultado de esta
práctica puede generar serios problemas que van desde la pérdida de la
privacidad y la merma de la imagen y el propio honor hasta la victimización en
el marco de una espiral de ciberbullying.
Precisamente con el objetivo de dar a
conocer al público el fenómeno del sexting y prevenir sobre los riesgos que
puede implicar, INTECO y PantallasAmigas han presentado conjuntamente la “Guía sobre
adolescencia y sexting: qué es y cómo prevenirlo”. En esta guía,
menores y adultos pueden encontrar una serie de consejos y recomendaciones para
identificar y minimizar los efectos negativos que puede tener el sexting.
Además, la guía ofrece unas pautas de actuación en caso de incidencia y
facilita una serie de enlaces de interés, donde el lector podrá encontrar
información adicional sobre el fenómeno.
Publicado por Jorge Flores previamente
en el Blog del Observatorio de la Seguridad de Inteco.
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